Aprender decir No y establecer nuestros propios límites personales puede parecer una tarea sencilla; pero la realidad es que se trata de una de las mayores dificultades con las que nos encontramos en el día a día.
Con frecuencia, decir No nos hace sentir mal; por eso, muchas veces terminamos retrasando nuestra respuesta lo máximo posible, y dando un montón de explicaciones, excusas y disculpas, que no vienen a cuento.
La verdad, es que nos sentimos culpables y nos da miedo dar la imagen de egoístas. Pensar que la otra persona pueda enfadarse con nosotros si le decimos No, dispara nuestra ansiedad.
Así que, para evitarlo, muchas veces terminamos cediendo y diciendo Sí, ya que nos resulta más fácil y cómodo a corto plazo; aunque luego empiecen a rondar por nuestra mente algunos pensamientos molestos como: «Tendría que haberme negado…», «Siempre hacen conmigo lo que quieren…», etc.
Aceptar responsabilidades y obligaciones, que en realidad, no nos corresponden ni deseamos, lleva consigo un incremento del estrés en nuestra vida, debido al aumento de tareas que tenemos que realizar.
Además, puede aparecer la frustración, e incluso la sensación de estar siendo manipulados; ya que por muy generosos que creamos estar siendo; en el fondo sabemos que una vez más estamos anteponiendo las necesidades de los demás a las nuestras.
Parece un callejón sin salida: malo si digo No y peor si digo Sí; entonces: ¿qué hago? La respuesta es sencilla, aunque algo difícil de llevar a la practica, simplemente decide: Tú, ¿qué quieres hacer?
Es importante reconocer cuál es tu necesidad o deseo, y decidir si eso es una prioridad para ti en ese momento, o si estás dispuesto a ceder a los deseos del otro.
Ten en cuenta que: no es lo mismo ceder porque te sientas obligado a hacerlo, que ceder porque TÚ lo decidas así.
Una vez tomada la decisión, hay que aprender a decir No de una forma efectiva, y para ello lo mejor es ser asertivos: tienes derecho a decir no, y a no aceptar ciertas peticiones o demandas, independientemente de quién las formule.
Aprender a decir No de forma asertiva nos permite tomar nuestras propias decisiones.
A través de la asertividad, somos capaces de expresar nuestras convicciones y de defender nuestros derechos sin agredir al otro y sin someternos a la voluntad de los demás.
Al usar un estilo asertivo conseguimos reducir la ansiedad que nos provoca este tipo de situaciones, lo que se refleja en una mejora de nuestras relaciones interpersonales.
Aprender a decir No es la mejor manera de establecer nuestros límites personales.
El No nos ayuda a delimitar las conductas que estamos dispuestos a aceptar en nuestras vidas y cuáles no; nos permite poner freno a aquellas actitudes y comportamientos que nos resultan desagradables, destructivos o abusivos por parte de las personas de nuestro entorno.
Cuando decimos Sí pero en realidad deseamos decir No, no nos estamos respetando, y con ello, sin ser conscientes la mayoría de las veces, estamos invitando a los demás a hacer lo mismo, les damos luz verde para que continúen con su falta de consideración hacia nosotros y hacia nuestras necesidades.
La inercia a decir Sí y a dejarse arrastrar por los demás, nos lleva a olvidarnos de nosotros mismos y de nuestros deseos.
Sin embargo, cuando aprendemos a decir No, dejamos de autoengañarnos, de culparnos y de culpar al otro o a las circunstancias, de justificarnos, de fingir, de complacer, de rendirnos y en definitiva, de renunciar a ser nosotros mismos.
Cuando decimos No, y somos nosotros quiénes decidimos hacerlo de una manera consciente, estamos siendo fieles a lo que sentimos y pensamos; nos respetamos.
Recuerda que decir No simplemente es una opción, y por tanto, debe ser considerada, aceptada y respetada; no es algo malo como nos han hecho creer, ni es de personas egoístas ni desconsideradas.
Aprender a decir No y a establecer límites requiere tiempo y esfuerzo, sin embargo supondrá un gran cambio en tu vida: no solo reducirás tu sobrecarga física y mental, si no que dispondrás de más tiempo para hacer lo que realmente te importa y, sobretodo, para compartirlo con las personas que tú elijas.