PREGUNTAS FRECUENTES
Sé por experiencia que tomar la decisión de consultar con un psicólogo aquello que nos preocupa no siempre es fácil, te pueden surgir muchas dudas.
Parece que todavía hoy en día, asistir a terapia implica reconocer que somos débiles, pero nada más lejos de la realidad, cuando una persona decide iniciar una psicoterapia lo único que está demostrando es que se hace responsable de sí misma y que quiere superar sus dificultades.
A continuación, me gustaría dar respuesta a algunas de las preguntas más frecuentes que suelen tener la mayoría de las personas que me consultan, sobre todo en la primera toma de contacto:
¿Necesito hacer una terapia psicológica?
El objetivo de la psicoterapia es siempre aumentar la autonomía de la persona, proporcionarle las herramientas y recursos necesarios para afrontar mejor las situaciones problemáticas con las que se encuentra y que le resultan difíciles de gestionar por sí mismo.
Al igual que cuidamos de nuestra salud física, practicando hábitos de vida saludable y prestando atención a síntomas que pudieran aparecer en nuestro cuerpo; también es importante cuidar de nuestra salud psicológica, y estar atentos a los cambios que se puedan producir en nuestro estado de ánimo, para poder actuar en consecuencia.
Algunas señales que habría que tener en cuenta para decidir si necesitas consultar con un psicólogo serían:
- Incapacidad para disfrutar de la vida como antes.
- Cambios importantes en patrones de sueño o alimentación.
- Presencia constante de emociones desagradables, bien sea de índole depresiva, o de preocupación excesiva por nuestros problemas.
- Aumento de la agresividad e irritabilidad.
- Sentirse incapaz para responder adecuadamente a demandas familiares, de pareja, laborales, académicas o sociales entre otras.
¿En qué me ayudará la psicoterapia?
Muchas veces nos encontramos en situaciones que nos resultan difíciles de manejar, bien sea por su alta intensidad emocional, como por ejemplo, la superación de una ruptura o de un duelo, o bien porque nos faltan las herramientas adecuadas para afrontar la situación en la que nos encontramos, por ejemplo aprender a relajarnos y manejar el estrés.
La psicoterapia te ayudará a gestionar de forma más eficaz tus emociones y pensamientos, siendo recomendable en las siguientes situaciones:
- En momentos de cambios vitales importantes (adolescencia, mediana edad, jubilación..).
- Orientación para superar crisis personales, de pareja, familiares…
- Superar problemas de ansiedad.
- Estados de insatisfacción general.
- Ayuda en la definición de metas y logro de objetivos.
- Cuando los recursos personales para resolver un problema nos son suficientes y se precisa de nuevas estrategias de afrontamiento.
¿Cuánto dura una sesión?, ¿Cuántas sesiones me harán falta?
Las sesiones suelen durar alrededor de una hora, pero este tiempo es orientativo ya que dependerá del objetivo que estemos trabajando durante la sesión, y de las dudas que pudieran surgir.
La duración de la terapia, así como el número de sesiones necesarias estará en función del motivo de tu consulta.
Si se trata de un problema puntual, la intervención suele ser breve, concluyendo en pocas sesiones el proceso de asesoramiento.
Si el problema a tratar es más profundo, la duración del tratamiento dependerá del grado de afección y de las características de cada persona, aunque suele durar varios meses, ya que es necesario disponer de tiempo para interiorizar y procesar el cambio, así como para alcanzar los objetivos terapéuticos.
En este caso, lo recomendable es realizar una sesión semanal, y poco a poco ir ampliando la frecuencia entre las sesiones en función de la evolución de la terapia.
¿Mis sesiones son confidenciales?
Sí, la información recogida durante las sesiones es totalmente confidencial. La confidencialidad está asegurada por el Código Deontológico del Psicólogo tal y como se establece en los siguientes artículos:
Artículo 39º: En el ejercicio de su profesión, el/la Psicólogo/a mostrará un respeto escrupuloso del derecho de su cliente a la propia intimidad. Únicamente recabará la información estrictamente necesaria para el desempeño de las tareas para las que ha sido requerido, y siempre con la autorización del cliente.
Artículo 40º: Toda la información que el/la Psicólogo/a recoge en el ejercicio de su profesión, sea en manifestaciones verbales expresas de sus clientes, sea en datos psicotécnicos o en otras observaciones profesionales practicadas, está sujeta a un deber y a un derecho de secreto profesional, del que, sólo podría ser eximido por el consentimiento expreso del cliente. El/la Psicólogo/a velará porque sus eventuales colaboradores se atengan a este secreto profesional.
Artículo 41º: Cuando la evaluación o intervención psicológica se produce a petición del propio sujeto de quien el/la Psicólogo/a obtiene información, ésta sólo puede comunicarse a terceras personas, con expresa autorización previa del interesado y dentro de los límites de esta autorización.
Artículo 42º: Cuando dicha evaluación o intervención ha sido solicitada por otra persona -jueces, profesionales de la enseñanza, padres, empleadores, o cualquier otro solicitante diferente del sujeto evaluado-, éste último o sus padres o tutores tendrán derecho a ser informados del hecho de la evaluación o intervención y del destinatario del Informe Psicológico consiguiente. El sujeto de un Informe Psicológico tiene derecho a conocer el contenido del mismo, siempre que de ello no se derive un grave perjuicio para el sujeto o para el/la Psicólogo/a, y aunque la solicitud de su realización haya sido hecha por otras personas.
¿Trabajas con aseguradoras?
¿Qué servicios ofrece AlbaMar Psicología?
¿Cómo trabajas?
Mi misión es acompañarte y apoyarte en tu proceso de crecimiento personal, facilitándote las estrategias necesarias para que puedas conocerte mejor; y seas consciente de cómo tus emociones, pensamientos y actitudes influyen en tu salud emocional.
A través del asesoramiento psicológico, irás adquiriendo las competencias y habilidades necesarias para afrontar y solucionar tus preocupaciones actuales; pero, también, para prevenir futuras dificultades con las que te pudieras encontrar.
En las sesiones encontrarás un espacio y tiempo en el que podrás hablar de lo que te preocupa con total libertad; te ayudaré a identificar las causas de tu malestar y juntos decidiremos los objetivos a trabajar para mejorar tu estado emocional, así como la mejor manera de llevarlos a cabo para ti.
La primera fase del proceso es la evaluación, suele durar dos o tres sesiones, partiendo de tu motivo de consulta valoraremos de qué forma está interfiriendo en tu vida diaria y qué consecuencias tiene para ti; además veremos cuales son las habilidades y recursos de los que ya dispones para hacerle frente. En función de la información recogida, plantearemos los objetivos terapéuticos a conseguir y la forma de alcanzarlos; es decir, qué estrategias harán falta aprender y entrenar para alcanzar nuestra meta.
A partir de ese momento, es cuando empieza la intervención terapéutica, comienza el aprendizaje y el entrenamiento en las técnicas necesarias para que puedas resolver y afrontar de una manera eficaz tu problema y mejorar así tu funcionamiento personal y social.
Una vez que se han conseguido los objetivos de la intervención, comienza la fase de seguimiento, se trata de sesiones muy espaciadas en el tiempo, en las que el trabajo terapéutico se centra. sobre todo, en la prevención de posibles recaídas y en la resolución de problemas que hayan podido originarse en la puesta en práctica de las estrategias trabajadas.
¿Voy a tener que hacer «deberes» en casa?
Mi forma de trabajar es muy práctica, mi papel durante las sesiones será semejante al de una entrenadora que te acompañará, en todo momento, en el proceso de aprendizaje y de cambio; pero serás tú quién tengas que aplicar lo aprendido; con esto quiero decir que: tú eres la principal protagonista de tu cambio.
Por ello, a lo largo de la intervención te propondré ejercicios para realizar en casa y te iré dando material de apoyo con el objetivo de que puedas afianzar y asimilar las estrategias trabajadas durante las sesiones.
¿Son obligatorias? Claro que no, pero…. en mi experiencia, las personas más comprometidas con la terapia, incluyendo las tareas, son las que más se benefician del tratamiento; ya que estos “deberes” lo que permiten es trasladar lo aprendido durante las sesiones a la “vida real”; por ejemplo, si durante la sesión se ensaya una estrategia determinada, lo ideal sería practicarla fuera de ella en diferentes contextos y situaciones para interiorizarla, y, así, lograr que te sea más fácil usarla en los momentos más complicados de tu día a día, no sintiéndote desbordada por las emociones ni por las circunstancias.
¿Cuál es tu enfoque de terapia?
Probablemente hayas oído hablar de diferentes tipos de terapia, en mi caso, trabajo desde el modelo cognitivo-conductual, que cuenta con una eficacia científicamente comprobada en diferentes tipos de trastornos.
De manera muy resumida, podríamos decir que este enfoque teórico considera que modificando nuestra manera de pensar y de reaccionar ante algunas situaciones podemos cambiar la manera de afrontarlas y sentirnos mejor ante ellas, mejorando así nuestro bienestar emocional.
Sin embargo, como en todo, las terapias, también, han ido evolucionando y han aparecido las terapias contextuales o de tercera generación; una de ellas es la terapia de aceptación y compromiso, cuyos principios y técnicas he ido incorporando a mi práctica profesional. Este tipo de intervención trata de que aceptemos nuestros sentimientos y pensamientos y que realicemos acciones que sean coherentes con nuestros valores; a través de diferentes estrategias la persona va mejorando su capacidad de estar presente y de adaptarse a las situaciones que se le presentan en su día a día.
Por otra parte, para mí es fundamental incluir la perspectiva de género en las intervenciones que realizo, ya que esta tiene en cuenta no solo el problema que presenta la persona, si no también la relación que existe entre ella y el contexto en el que vive.
Mujeres y hombres nos socializamos de manera distinta; nuestra cultura marca unos modelos, valores, roles y expectativas diferentes para hombres y para mujeres, y eso hace que nuestros puntos de partida no sean iguales a los de ellos con respecto a muchas cosas.
La perspectiva de género consiste en tener en cuenta esas desigualdades; comprender que cada problemática es también producto de la sociedad (prioritariamente patriarcal) y no exclusivamente de características propias de la personalidad o del componente biológico de cada hombre y mujer.
Incluir la mirada de género en la intervención terapéutica no significa trabajar en exclusividad con mujeres, sino que implica tener presente que las diferencias y desigualdades originadas por la socialización de género son un factor más en el problema que presenta la persona y van a dar lugar a malestares diferentes.
Si tienes alguna otra pregunta o consulta que quieras hacerme, puedes ponerte en contacto conmigo, estaré encantada de atenderte.